Saturday, May 17, 2014

Matewame


Tamborileo corazon latido lento
que en medio de la silente noche me acompan~a.
En la obscuridad trato de observar el techo.
Escurridizo se difumina
mientras la vision de la desolacion
y el polvoral se observa en la distante penumbra.
Lejana anoranza que de cuando en cuando me visita.
Vision de noches calladas.
Latido, viento, ventarral corazon tambor espejo.

Asi, acostada miro al cielo que traspasa el techo.
Infinidad de estrellas latentes,
grillos viejos que cantan ancestral alabanza.
Asi, conmigo la noche habla.  

Dormida yo y despierta la nocion
que dice mucho sin palabras.
En las venas se asoma el mensaje
que hace centenas en ceremonial encomienda
se incrusto en la memoria colectiva,
mensaje nocion que espera en cuclillas.
Matawame vivo o muerto
en busqueda del conocimiento.

Intermitente iluminacon que se repite,
ahora se duerme, ahora se observa.
Quienes somos y de donde venimos
 preguntan las mil voces en la distancia del ahora.

En el murmullo que con el tiempo viaja lento
a travez del inframundo y los cielos va la respuesta.
Si se presta atencion en silencio se le puede escuchar.
Ventarral que transporta la esencia colectiva
y que por el oido entra hasta el tuenano de los huesos.
Bajo la callada noche, habla la luna.
Corazon tamborileo lento.

Marakame vivo muerto. Intermedio.
Que entre la linea de las dos existencias corre
como fragil hilillo de agua sagrada
a veces constante a veces intermitente.

Primordial instinto el del movimiento en la alborada.
Los rincones primitivos del alma se iluminan
con los brazos de los rayos de la luna.
Marakame y Matawame que solo caminan
para crear caminos sin encontrar destino.
Inframundo este, cielo aquel o lo opuesto
La virtud es el esfuerzo.

Marakame que lo ve todo en la celula infinita
 y en la minusculidad de las palabras.
Con la invocasion de las mil voces del ahora caminas.
Te percivo en la distancia de los tiempos.

Llamas la lluvia, al viento, llamas al sol y la noche.
Con ellos hablas Marakame.
El abuelo Fuego Tatewari,
La madre Agua, Tatiei Matinieri
y el bisabuelo Cola de Venado
Tamatz Kayaumari te escuchan.

El rostro de lo divino Hikuri te acompana Marakame.
Vision silenciosa del mundo natural, primitiva y fundamental.